lunes, 26 de noviembre de 2018

PASTRANA

A Pastrana lo mataron en la escuela de la vereda, de cuatro tiros en la cabeza y con la hostia aún en su lengua. El día anterior doña Lola, su anciana madre, recibió con orgullo las dos gallinas que le llevó a media noche. No preguntó de donde las traía porque ya sabía lo que todos murmuraban en la vereda. Pastrana, “el ladrón de gallinas”. Aun así le agradeció con un “gracias mijo”. Y feliz se acostó pensando en el sancocho del día siguiente.

Pastrana salió esa tarde con la barriga llena y la camisa nueva de don Pancracio, el dueño de las gallinas, que Ya iban en su estómago juvenil y plano como el de cualquier deportista. Y es que Pastrana se Lucía en la carrera a campo traviesa y le ganaba a cualquiera saltando cercas eléctricas y alambradas espinosas con dos y hasta tres gallinas en sus brazos. Pero fue de su padre borracho y pendenciero de quien heredó el oficio de saltar cercas huyendo del dueño de la fonda donde se emborrachaba y con la cabeza del marrano que ese día hubiera degollado en su oficio de matarife de la vereda, colgando de sus sangrientos dedos. Fue así como logró criar a cinco hijos hasta que murió de un aneurisma en su cabeza. 

Pastrana acogió tal herencia con la alegría e inocencia de los 15 años. Pero esa tarde de sol resplandeciente sus cabellos de oro y sus ojos de cielo no presentían lo que se fraguaba en la escuela. Montando un caballito invisible Pastrana canturreaba y corría hacia la misa campal, momento de fiesta para la vereda. Llegó tarde, Ya estaban repartiendo la comunión. Pastrana hizo la fila y conmovido agachó la cabeza. No se dio cuenta cuando amigos y vecinos en estampida cobarde cedieron el paso a los asesinos camuflados de civiles. Abrió la boca y el sacerdote temblando depósito la hostia en la boca infantil de Pastranita. Alcanzó a sentir la sangre derramarse por sus mejillas sonrosadas, entonces corrió y se refugió en el salón de su niñez reciente, pero allí fue perseguido y una tras otra cuatro balas acabaron con la vida del joven Pastrana.

Luz Amparo Grajales Cortes
"Amigos Creativos", Biblioteca Pública La Floresta, Medellín.

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